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Economía

El FMI revisa al alza el crecimiento mundial por el vigor de EE.UU., pero lo empeora para la eurozona

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El crecimiento de la economía mundial será ligeramente más fuerte de lo esperado anteriormente, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha elevado una décima su anterior pronóstico para 2024, hasta el 3,2%, mientras que mantiene sin cambios también en el 3,2% el de 2025, como consecuencia de un mayor impulso de Estados Unidos, en contraste con la recuperación más débil prevista ahora para la eurozona, dónde únicamente España ve mejorada su expectativa de crecimiento entre las grandes economías del bloque.

La institución señala que la actividad económica mundial se ha mostrado «sorprendentemente resiliente» durante el periodo de desinflación acometido estos dos últimos años, aunque reconoce que el ritmo de crecimiento estimado «es históricamente lento», debido a factores a corto plazo, como los costes de endeudamiento todavía elevados y la retirada de apoyos fiscales, así como por los efectos a más largo plazo de la pandemia y la invasión rusa de Ucrania, el débil crecimiento de la productividad y el aumento de la fragmentación geoeconómica.

De este modo, advierte de que la proyección de crecimiento mundial a cinco años, del 3,1%, «es la menor de las últimas décadas».

En su informe ‘Perspectiva Económica Mundial‘, presentado este martes en Washington, el FMI afirma que los riesgos para las perspectivas mundiales están ahora «bastante equilibrados», aunque advierte de la amenaza de una nueva escalada de precios derivada de las tensiones geopolíticas, como la guerra en Ucrania y la situación en Oriente Próximo.

Asimismo, considera que las altas tasas de interés «podrían ralentizar la economía más de lo previsto» y el elevado endeudamiento de los hogares podrían provocar tensiones financieras, mientras que en China, la falta de una respuesta integral a los problemas del sector inmobiliario, podría lastrar el crecimiento y perjudicar a sus socios comerciales.

Ante este panorama, «con el aterrizaje suave de la economía mundial ya a la vista», para el Fondo la prioridad a corto plazo de los bancos centrales es garantizar el descenso suave de la inflación, sin flexibilizar las políticas de forma prematura ni hacerlo demasiado tarde, mientras que, a medida que las autoridades monetarias adoptan una orientación menos restrictiva, «habrá que poner énfasis en la consolidación fiscal a medio plazo» para recuperar margen de maniobra presupuestario, llevar a cabo inversiones prioritarias y garantizar la sostenibilidad de la deuda.

«Pese a las muchas predicciones sombrías, el mundo ha evitado una recesión, el sistema bancario ha demostrado resiliencia en su mayor parte, y las principales economías de mercados emergentes no han sufrido frenadas bruscas de la entrada de capitales», ha destacado Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, recordando que la escalada de la inflación, pese a su gravedad, «no desencadenó espirales descontroladas de precios y salarios» y se ha reducido casi con la misma rapidez con la que aumentó.

Previsiones

Las nuevas previsiones macroeconómicas del FMI contemplan en el caso de las economías avanzadas un avance del crecimiento del 1,7% en 2024 y del 1,8% en 2025, lo que representa una revisión al alza de dos décimas para este año del pronóstico de enero, mientras que se mantiene igual para 2025.

Esta mejora de 2024 refleja una revisión del crecimiento de EE.UU. que compensa la revisión a la baja de las proyecciones para la zona del euro, señala el FMI.

En el caso de Estados Unidos, se prevé que el crecimiento aumente al 2,7% en 2024, antes de desacelerarse al 1,9% en 2025, a medida que el ajuste fiscal gradual y el debilitamiento de los mercados laborales desaceleren la demanda agregada.

Las nuevas proyecciones para la mayor economía mundial suponen una revisión de seis décimas al alza para este año como reflejo en gran medida efectos estadísticos por el crecimiento mayor de lo esperado en el cuarto trimestre de 2023 y su efecto sobre la actividad en 2024, mientras que se ha mejorado en dos décimas el anterior pronóstico para 2025.

Por contra, aunque el FMI proyecta que el crecimiento en la zona euro se recuperará del 0,4% en 2023 al 0,8% en 2024 y al 1,5% en 2025 como consecuencia del mayor consumo de los hogares y la disminución de los efectos adversos del ‘shock’ energético, las nuevas previsiones representan un empeoramiento de una y dos décimas para este año y el siguiente, respectivamente.

El debilitamiento de la recuperación de la zona euro estimada por el Fondo responde a unas peores perspectivas de expansión para las principales economías del bloque, con la excepción de España, que con un crecimiento previsto del PIB del 1,9% en 2024 y del 2,1% en 2025 volverá a destacarse entre las grandes economías europeas.

En el caso de Alemania, el FMI ha revisado cuatro décimas a la baja su previsión de enero, hasta el 0,7% en 2024, y una décima menos para 2025, hasta el 1,8%, mientras que para Francia ahora anticipa una expansión del 1,1% y del 1,5%, respectivamente, con recortes de tres décimas en ambos años de sus previsiones anteriores.

Asimismo, la economía italiana, la tercera mayor de la zona euro, ve rebajada sensiblemente su previsión de crecimiento para este año, con un 0,7% en vez del 1,3% anticipado en enero, mientras que para 2025 el FMI ahora prevé una expansión del 0,6%, cuatro décimas menos.

«El crecimiento en la zona del euro se recuperará, pero desde niveles muy bajos», señala Gourinchas, quien advierte de que el continuo y elevado crecimiento de los salarios y la persistente inflación de los servicios podrían retrasar el regreso de la inflación al objetivo, aunque considera que, a diferencia de Estados Unidos, «hay poca evidencia de sobrecalentamiento», por lo que el Banco Central Europeo necesitará calibrar cuidadosamente el giro hacia la flexibilización monetaria para evitar una inflación insuficiente.

Asimismo, advierte de que, si bien los mercados laborales parecen fuertes, esa fortaleza podría resultar «ilusoria» si las empresas europeas han estado acaparando mano de obra en previsión de un repunte de la actividad que no se materializa.

Economías emergentes

En el caso de las economías emergentes y en desarrollo, las nuevas previsiones del FMI contemplan una expansión del 4,2% este año y el siguiente, lo que implica una ligera revisión al alza de una décima en 2024 y mantener sin cambios la proyección para 2025.

Por países, el Fondo ha confirmado sus últimas previsiones de crecimiento del PIB de China, con un 4,6% en 2024 y un 4,1% en 2025, mientras que ha mejorado en tres décimas la de India para este año, hasta el 6,8%, mientras que mantiene sin cambios en el 6,5% la del próximo año.

En el caso de Rusia, las nuevas proyecciones del FMI anticipan una expansión del PIB del 3,2% en 2024 y del 1,8% un año después, con una revisión al alza de seis y siete décimas, respectivamente, sobre las previsiones publicadas en enero.

Inflación

Se prevé que la inflación mundial descienda de manera constante, del 6,8% en 2023 al 5,9% en 2024 y el 4,5% en 2025, y que las economías avanzadas alcancen sus metas de inflación antes que las emergentes y en desarrollo. En concreto, la subida de precios en el primer grupo de países se moderará al 2,6% este año y el 2% el siguiente, mientras que entre los emergentes pasará a ser del 8,3% en 2024 al 6,2% un año después.

Entre las grandes economías, el FMI anticipa que la tasa de inflación de EE.UU. se modere desde el 4,1% de 2023 al 2,9% este año y al 2,1% en 2025, mientras que en el caso de la zona euro, la subida de los precios se relajará al 2,4% este año y al 2,1% el próximo, después del alza del 5,4% el año pasado.

Economía

El Dow Jones supera por primera vez los 40.000 puntos por los datos de inflación y ventas minoristas

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El índice bursátil Dow Jones ha superado por primera vez los 40.000 puntos este jueves tras verse aupado por los datos de inflación publicados el miércoles y que apuntaban a un enfriamiento del coste de la vida, así como por el estancamiento de las ventas minoristas.

La debilidad de ambos indicadores despejarían el camino para que la Reserva Federal (FED) baje los tipos de interés este año, lo que ha animado a los mercados y ha motivado que el Dow Jones haya superado dicha barrera psicológica sobre las 16.30 hora peninsular.

No obstante, el índice cayó por debajo poco después y reconquistó la cota de los 40.000 enteros para volver a perderlos. Sobre las 13.00 hora local de Nueva York, estaba en los 39.995,86 puntos, un 0,22% más que en la apertura.

«El hito de los 40.000 puntos del Dow muestra también la resistencia de la economía estadounidense en un momento en el que se ha hablado mucho de recesión», ha explicado el estratega jefe de mercados de B. Riley Financial, Art Hogan.

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Economía

Los retos se Felipe Chapman al frente del MEF en el período 2024-2029

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No cabe la menor duda que la designación del economista Felipe Chapman como titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) por parte del presidente electo José Raúl Mulino será percibido positivamente tanto a nivel de los gremios empresariales locales como de los mercados financieros internacionales y de las agencias de calificación de riesgo.

Sin embargo, vale la pena repasar los retos que el próximo ministro de Economía y Finanzas tendrá que afrontar una vez asuma el cargo el próximo 1 de julio.

La lista comienza con la deuda que mantiene el ejecutivo con los proveedores del Estado, que el propio Mulino estima en $1,700 millones. Al iniciar su gestión el presidente Laurentino Cortizo, a quien le toco asumir una deuda con proveedores que superaba los $500 millones, dijo que no entregaría las riendas del Estado con una rienda similar, y aunque el actual ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander, les aseguró a los directivos de la Cámara de Comercio de Panamá, que saldarían sus compromisos antes de entregar el poder al próximo gobierno, aún no se han adoptadas medidas para cumplir esa promesa.

A eso hay que agregar una deuda pública que literalmente se ha más que duplicado en los últimos cinco años, pasando de $23,000 millones a nada menos que $49,000 millones, lo que coloca la relación deuda pública/Producto Interno Bruto (PIB), 56.4% (al cierre de 2023).

Por otra parte, si bien el PIB alcanzó en 2023 un total absoluto de $83,282 millones y un crecimiento interanual de 8.96%, la decisión de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de declarar inconstitucional el contrato ley entre el Estado panameño y la empresa Minera Panamá, S.A. (subsidiaria de la canadiense First Quantum Minerals, Ltd.), lo que implicó el cierre intempestivo de la  mina Cobre Panamá, ha llevado a los principales organismos internacionales y calificadoras de riesgo a reducir las proyecciones de crecimiento para este año 2024 a entre 1% y 3%, muy por debajo de la tasa promedio de crecimiento económico registradas por el país en los últimos 15 años.

Como agravante a los problemas económicos debemos tener presente que la tasa de desempleo, que producto de la pandemia de coronavirus (COVID-19) se elevó a 18.1% en 2020, pero que había bajado paulatinamente hasta llegar a 7.4% en 2023, también está viendo fuertemente impactada por el cierre de la mina Cobre Panamá.

De hecho, el propio Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) informó que desde el 28 de noviembre a la fecha unas 31,000 personas vinculadas a la actividad minera han perdido sus empleos, una situación que podría agravarse en la medida en que no se encuentre una solución negociada al tema minero.

Otro elemento importante a tener en cuenta es la estrechez fiscal, un tema que preocupa grandemente a las calificadoras de riesgo y organismos internacionales. La preocupación es tal que organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) abogan por una consolidación fiscal que contemple el incremento de algunas tasas impositivas para reducir la dependencia del Gobierno panameño de los mercados internacionales para financiar la ejecución presupuestaria.

En este sentido, no sólo se habla de racionalizar el gasto público, reducir la abultada planilla estatal y eliminar o focalizar diversos subsidios que recibe, sino también de incrementar, por ejemplo, el Impuesto de Transferencia de Bienes, Muebles y Servicios (Itbms) o Impuesto al Valor Agregado (IVA), el cual se mantiene actual ente en 7% y excluye alimentos y otros productos de primera necesidad.

Igualmente hay tomar en cuenta la potencia crisis que se cierne sobre el programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja de Seguro Social (CSS), otro tema que le quita el sueño a las calificadoras de riesgo.

Finalmente, y no por ello menos importante, el próximo ministro Chapman tendrá que diseñar una “estrategia país” para recuperar el grado de inversión por parte de Fitch Ratings y para evitar que las otras gigantes de la calificación de riesgo, Standard & Poor’s (S&P) y Moody’s, también degraden la deuda pública panameña a nivel de bonos chatarra, tal como lo hizo Fitch.

El tema aquí es si los mercados lograr percibir que a pesar de todos los problemas económicos y financieros que enfrenta, Panamá está en capacidad de hacer frente a sus obligaciones, aunque esto implique, como lo anunció el presidente Mulino, una restructuración de la deuda.

Sin duda, es un panorama complejo, pero no hay que olvidar que el padre de Felipe, Guillermo Chapman, enfrentó un escenario similar durante la administración del expresidente Ernesto Pérez Balladares, gestión en la que superó muchos de los problemas del país y que, por ejemplo, sentó las bases para que el país pudiese alcanzar años después el grado inversión.

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Los retos de Felipe Chapman al frente del MEF en el período 2024-2029

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No cabe la menor duda que la designación del economista Felipe Chapman como titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) por parte del presidente electo José Raúl Mulino será percibido positivamente tanto a nivel de los gremios empresariales locales como de los mercados financieros internacionales y de las agencias de calificación de riesgo.

Sin embargo, vale la pena repasar los retos que el próximo ministro de Economía y Finanzas tendrá que afrontar una vez asuma el cargo el próximo 1 de julio.

La lista comienza con la deuda que mantiene el ejecutivo con los proveedores del Estado, que el propio Mulino estima en $1,700 millones. Al iniciar su gestión el presidente Laurentino Cortizo, a quien le toco asumir una deuda con proveedores que superó los $500 millones, dijo que no entregaría las riendas del Estado con una deuda similar, y aunque el actual ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander, les aseguró a los directivos de la Cámara de Comercio de Panamá, que saldarán sus compromisos antes de entregar el poder al próximo gobierno, aún no se han adoptadas medidas para cumplir esa promesa.

A eso hay que agregar una deuda pública que literalmente se ha más que duplicado en los últimos cinco años, pasando de $23,000 millones a nada menos que $49,000 millones, lo que coloca la relación deuda pública/Producto Interno Bruto (PIB), 56.4% (al cierre de 2023).

Por otra parte, si bien el PIB alcanzó en 2023 un total absoluto de $83,282 millones y un crecimiento interanual de 8.96%, la decisión de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de declarar inconstitucional el contrato ley entre el Estado panameño y la empresa Minera Panamá, S.A. (subsidiaria de la canadiense First Quantum Minerals, Ltd.), que implicó el cierre intempestivo de la  mina Cobre Panamá, ha llevado a los principales organismos internacionales y calificadoras de riesgo a reducir las proyecciones de crecimiento para este año 2024 a entre 1% y 3%, muy por debajo de la tasa promedio de crecimiento económico registrado por el país en los últimos 15 años.

Como agravante a los problemas económicos debemos tener presente que la tasa de desempleo, que producto de la pandemia de coronavirus (COVID-19) se elevó a 18.1% en 2020, pero que había bajado paulatinamente hasta llegar a 7.4% en 2023, también está viendo fuertemente impactada por el cierre de la mina Cobre Panamá. De hecho, el propio Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) informó que desde el 28 de noviembre a la fecha unas 31,000 personas vinculadas a la actividad minera han perdido sus empleos, una situación que podría agravarse en la medida en que no se encuentre una solución negociada al tema minero.

Otro elemento importante a tener en cuenta es la estrechez fiscal, un tema que preocupa grandemente a las calificadoras de riesgo y organismos internacionales. La preocupación es tal que organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) abogan por una consolidación fiscal que contemple el incremento de algunas tasas impositivas para reducir la dependencia del Gobierno panameño de los mercados internacionales para financiar la ejecución presupuestaria. En este sentido, no sólo se habla de racionalizar el gasto público, reducir la abultada planilla estatal y eliminar o focalizar diversos subsidios que recibe, sino también de incrementar, por ejemplo, el Impuesto de Transferencia de Bienes, Muebles y Servicios (Itbms) o Impuesto al Valor Agregado (IVA), el cual se mantiene actualmente en 7% y excluye alimentos y otros productos de primera necesidad.

Igualmente hay que tomar en cuenta la potencial crisis financiera que se cierne sobre el programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja de Seguro Social (CSS), otro tema que le quita el sueño a las calificadoras de riesgo.

Finalmente, y no por ello menos importante, el próximo ministro Chapman tendrá que diseñar una “estrategia país” para recuperar el grado de inversión por parte de Fitch Ratings y para evitar que las otras gigantes de la calificación de riesgo, Standard & Poor’s (S&P) y Moody’s, también degraden la deuda pública panameña a nivel de “bonos chatarra”, tal como lo hizo Fitch. El tema aquí es si los mercados lograr percibir que, a pesar de todos los problemas económicos y financieros que enfrenta, Panamá está en capacidad de hacer frente a sus obligaciones, aunque esto implique, como lo anunció el presidente Mulino, una restructuración de la deuda.

Sin duda, es un panorama complejo, pero no hay que olvidar que el padre de Felipe, Guillermo Chapman, enfrentó un escenario similar, aque quizás con ribetes menos dramáticos, durante la administración del expresidente Ernesto Pérez Balladares, gestión en la que se superaron muchos de los problemas del país y que, por ejemplo, sentó las bases para que Panamá pudiese alcanzar años después el grado inversión.

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