Panamá no registra una información científica sobre la cantidad de personas en condición de calle, en medio del reclamo social por la proliferación de la indigencia en la ciudad capital.
Ariel López, director del Centro de Orientación y Atención Integral San Juan Pablo II, estima en más de 500 personas que viven en las calles en condición de indigencia, de esto, al menos, 130 reciben atención médica y alimentación en este centro.
Para López, el número es delicado, a partir del cierre de algunos centros de rehabilitación en medio de la crisis de la pandemia y la eliminación del apoyo por parte de la Alcaldía de Panamá. Sostiene, que se adelanta un trabajo interinstitucional por parte del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) donde como conocedores de la situación, no están teniendo participación.
El tema también fue abordado en el Pleno de la Asamblea Nacional por el diputado Gabriel Silva. Silva instó a la creación de programas para la atención con aseo, salud, atención psicológica, atención legal y capacitación para la reinserción social.
El diputado instó a discutir el proyecto de Ley que reposa en la Comisión de Trabajo, Salud y Desarrollo Social de la Asamblea Nacional.
Para el director del Centro de Orientación y Atención Integral San Juan Pablo II, la herramienta más importante que tiene el Estado para evitar esta situación, es la prevención. López instó a activar los fondos que recaudan las autoridades producto del narcotráfico para impulsar los programas de prevención, la instalación de acogida permanente desde donde se les pueda canalizar a las atenciones de salud y psiquiátrica.
De enero a junio, unos 3,000 jóvenes reciben charlas de prevención del uso de drogas por parte del centro, 15 adultos mayores fueron rescatados de las calles, mantienen 12 mujeres protegidas en la casa por maltrato, y registró 25 ayuda a migrantes con más de $8,000 invertidos para mejoras del albergue.